Pero llega la noche y el Rey debe viajar a su trono, desde donde vigía, protege la vida ajena.
Sólo nos deja un manto lleno de sol, y una LUZ que abunda y nos llena el Alma.
Mientras fotografiamos,permanecemos en silencio... es un momento mágico, parece que no viviéramos en este mundo, cambia hasta la noción del tiempo. Cada uno se encuentra consigo mismo y se deja fluir...
Qué atardeceres más preciosos, Rox!!!!!!!!!!!! Y el texto que lo acompaña es muy bueno. No por nada sos una de mis fotógrafas favoritas ¡¡¡Felicidades!!!
ResponderEliminarGracias Cindy, estoy empezando a escribir mis propios textos que acompañen mis imágenes. Gracias!!
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